El primer paso para cambiar el futuro es el DESEO, esto es, definir tu objetivo – saber definidamente lo que quieres.
En segundo lugar, construir un evento que tú creas que
encontrarías SIGUIENDO al cumplimiento de tu deseo – un evento que implique
cumplimiento de tu deseo – algo que tendrá la acción del Yo predominante.
En tercer lugar, inmovilizar el cuerpo físico e inducir
un estado próximo al sueño imaginando que estás soñoliento (entrar a nivel de relajación
profunda). Acuéstate en una cama, o relájate en una silla. Entonces, con los
párpados cerrados y tu atención enfocada en la acción que intentas experimentar
en la imaginación, mentalmente siéntete justo en la acción propuesta;
imaginando todo el tiempo que estás efectivamente realizando la acción aquí y
ahora
Tú debes siempre participar en la acción imaginaria, no
meramente estar detrás y mirar, sino sentir que estás efectivamente realizando
la acción de modo que la sensación imaginaria es real para ti.
Es importante recordar siempre que la acción propuesta
debe ser una que SIGA al cumplimiento de tu deseo. También debes sentirte en la
acción hasta que tenga toda la viveza y claridad de la realidad.
Por ejemplo, supongamos que deseas ascenso en tu oficina.
Ser felicitado sería un evento que podrías encontrar siguiendo al cumplimiento
de tu deseo. Habiendo seleccionado esta acción como la que experimentarás en la
imaginación, inmoviliza el cuerpo físico, e induce un estado próximo al sueño,
un estado de somnolencia, pero en el que todavía eres capaz de controlar la
dirección de tus pensamientos, un estado en el que estés atento sin esfuerzo.
Entonces visualiza a un amigo delante de ti. Pon tu mano imaginaria en la suya.
Siéntela sólida y real, y lleva a cabo una conversación imaginaria con él en
armonía con la acción.
Tú no te visualizas a una distancia en un punto del
espacio y a una distancia en cuanto al tiempo siendo felicitado por tu buena
suerte. En lugar de eso, tú haces ese otro lugar AQUÍ, y el futuro AHORA. El
evento futuro es una realidad AHORA en un mundo dimensionalmente más grande y
por extraño que parezca, ahora en un mundo dimensionalmente más grande es
equivalente a AQUÍ en el espacio ordinario tridimensional de la vida cotidiana.
La diferencia entre SENTIRTE tú mismo en la acción, aquí y ahora, y visualizarte a tí mismo en la acción, como si estuvieras en una pantalla de imágenes en movimiento, es la diferencia entre el éxito y el fracaso. La diferencia se apreciará si ahora te visualizaras subiendo una escalera. Entonces, con los párpados cerrados imagina una escalera justo en frente de tí y SIÉNTETE efectivamente subiéndola.
El deseo, la inmovilidad física limítrofe con el sueño, y la
acción imaginaria en la que predomina auto sentidamente AQUÍ Y AHORA, no sólo
son factores importantes para alterar el futuro, sino que son también
condiciones esenciales para proyectar conscientemente el Yo espiritual.
Cuando el cuerpo físico es inmovilizado y nos volvemos
poseídos por la idea de hacer algo – si imaginamos que estamos haciéndolo AQUÍ
y AHORA y mantenemos la acción imaginaria sentidamente hasta que justo
sobreviene el sueño – probablemente despertemos del cuerpo físico para
encontrarnos en un mundo dimensionalmente más grande con un enfoque
dimensionalmente más grande haciendo efectivamente lo que deseamos e imaginamos
que estábamos haciendo en la carne.
Pero tanto si despertamos ahí o no, estamos efectivamente
realizando la acción en el mundo cuatridimensional, y en el futuro la
representaremos aquí en el mundo tridimensional.
La experiencia me ha enseñado a restringir la acción
imaginaria, a condensar la idea que va a ser el objeto de nuestra meditación,
en un solo acto, y a representarlo una y otra vez hasta que tenga la sensación
de realidad. De otro modo, la atención vagará a lo largo de un rastro
asociativo y legiones de imágenes asociadas se presentarán a nuestra atención,
y en pocos segundos nos llevará a cientos de kilómetros de nuestro objetivo en
cuanto al espacio y a años de distancia en cuanto al tiempo.
Si decidimos subir un particular tramo de escaleras, porque
ese es el evento probable que siga a la realización de nuestro deseo, entonces
debemos restringir la acción a subir ese particular tramo de escaleras. En caso
de que la atención vague, tráela de vuelta a su tarea de subir ese tramo de
escaleras, y sigue haciéndolo así hasta que la acción imaginaria tenga toda la
solidez y claridad de la realidad. La idea debe ser mantenida en el campo de
presentación sin ningún esfuerzo sensible por nuestra parte. Debemos, con el
mínimo esfuerzo, impregnar la mente con la sensación del deseo cumplido.
La somnolencia facilita el cambio porque favorece la
atención sin esfuerzo, pero no debe ser empujada al estado de sueño, en el que
ya no seremos capaces de controlar los movimientos de nuestra atención, sino un
grado moderado de somnolencia en el que aún somos capaces de dirigir nuestros
pensamientos.
Un modo más eficaz para encarnar un deseo es asumir la
sensación del deseo cumplido y entonces, en un estado relajado y soñoliento,
repetir una y otra vez como una nana, cualquier frase corta que implique el
cumplimiento de tu deseo, tal como, “Gracias, gracias, gracias”, hasta que la
sola sensación de agradecimiento domine la mente. Decir estas palabras como si
te dirigieras a un poder superior por haberlo hecho por tí.
Sin embargo, si buscamos una proyección consciente en un
mundo dimensionalmente más grande, entonces debemos mantener la acción justo
hasta que sobrevenga el sueño. Experimentar en la imaginación con toda la
nitidez de la realidad lo que sería experimentado en la carne si hubiéramos
logrado nuestro objetivo y con el tiempo lo encontraremos en la carne como lo
encontramos en nuestra imaginación.
Alimenta la mente con premisas – es decir, afirmaciones que
se presume son verdad, porque las asunciones, aunque falsas, si se persiste en
ellas hasta que tienen la sensación de realidad, se materializarán en hecho.
Para una asunción, todos los medios que promuevan su
realización son buenos. Influye el comportamiento de todos, inspirando en todos
los movimientos, las acciones y las palabras que tiendan hacia su cumplimiento.
Para comprender cómo el hombre moldea su futuro en armonía
con su asunción – simplemente experimentando en su imaginación lo que experimentaría
en la realidad si él realizara su meta – debemos saber qué entendemos por un
mundo dimensionalmente más grande, ya que es en un mundo dimensionalmente más
grande en el que vamos a alterar nuestro futuro.
La observación de un evento antes de que ocurra implica que
el evento está predeterminado desde el punto de vista del hombre en el mundo
tridimensional. Por lo tanto para cambiar las condiciones aquí en las tres
dimensiones del espacio debemos primero cambiarlas en las cuatro dimensiones
del espacio.
El hombre no sabe exactamente qué se entiende por un mundo
dimensionalmente más grande, y no dudaría en negar la existencia de un Yo
dimensionalmente más grande. Él está bastante familiarizado con las tres
dimensiones de longitud, anchura y altura, y siente que, si hubiera una cuarta
dimensión, debería ser igual de obvia para él como las dimensiones de longitud,
anchura y altura.
Ahora, una dimensión no es una línea. Es cualquier forma en
que puede ser medida una cosa que es totalmente diferente de todas las demás
formas. Es decir, para medir un sólido cuatridimensionalmente, simplemente lo
medimos en cualquier dirección excepto la de su longitud, anchura y altura.
Ahora, ¿hay otra forma de medir un objeto que la de su longitud, anchura y
altura?
El tiempo mide mi vida sin emplear las tres dimensiones de
longitud, anchura y altura. No hay tal cosa como un objeto instantáneo. Su
aparición y desaparición son medibles. Perdura por una definida longitud de
tiempo. Podemos medir su periodo de vida sin usar las dimensiones de longitud,
anchura y altura. El tiempo es definitivamente un cuarto modo de medir un
objeto.
Mientras más dimensiones tiene un objeto, más sustancial y
real se vuelve. Una línea recta, que se encuentra totalmente en una dimensión,
adquiere forma, masa y sustancia por la adición de dimensiones. ¿Qué nueva
cualidad daría el tiempo, la cuarta dimensión, que hiciera tan vastamente
superior a los sólidos, como los sólidos son a las superficies y las
superficies son a las líneas? El tiempo es un medio para los cambios de
experiencia, pues todos los cambios llevan tiempo.
La nueva cualidad es la mutabilidad. Observa que, si
cortamos en dos un sólido, su sección transversal será una superficie; cortando
en dos una superficie obtenemos una línea, y cortando en dos una línea tenemos
un punto. Esto significa que un punto no es sino la sección transversal de una
línea, que no es, a su vez, sino la sección transversal de una superficie, que
no es, a su vez, sino la sección transversal de un sólido, que no es, a su vez,
si se lleva a su conclusión lógica, sino la sección transversal de un objeto
cuatridimensional.
No podemos evitar la inferencia de que todos los objetos
tridimensionales no son más que secciones transversales de los cuerpos
cuatridimensionales. Lo cual significa: cuando yo me encuentro contigo, me
encuentro con una sección transversal del tú cuatridimensional – el Yo
cuatridimensional que no es visto. Para ver el Yo cuatridimensional debo ver
cada sección transversal o momento de tu vida desde el nacimiento a la muerte,
y verlos todos como coexistentes.
Mi enfoque debería llevar todo el despliegue de impresiones
sensoriales que tú has experimentado en la tierra, más aquellas que pudieras
encontrar. Yo las debería ver, no en el orden en que fueron experimentadas por
tí, sino como un todo presente. Como el CAMBIO es la característica de la
cuarta dimensión, yo las debería ver en un estado de fluidez – como un todo
animado viviente.
Ahora, si tenemos todo esto claramente fijado en nuestras
mentes, ¿qué significa para nosotros en este mundo tridimensional? Significa
que, si podemos movernos a lo largo de longitudes de tiempo, podemos ver el
futuro y alterarlo si así lo deseamos.
Este mundo, que pensamos que es tan sólidamente real, es una
sombra, fuera y más allá del cual podemos en cualquier momento pasar. Es una
abstracción de un mundo más fundamental y dimensionalmente más grande – un
mundo más fundamental abstraído de un mundo todavía más fundamental y
dimensionalmente más grande – y así sucesivamente hasta el infinito. Pues el
absoluto es inalcanzable por cualquier medio de análisis, no importa cuántas
dimensiones añadamos al mundo.
El hombre puede probar la existencia de un mundo
dimensionalmente más grande simplemente enfocando su atención en un estado
invisible e imaginando que él lo ve y lo siente. Si él permanece concentrado en
este estado, su entorno presente pasará, y despertará en un mundo
dimensionalmente más grande donde el objeto de su contemplación será visto como
una realidad objetiva concreta.
Siento intuitivamente que, si él abstrayera sus pensamientos
de este mundo dimensionalmente más grande y se retirara aún más adentro de su
mente, él lograría otra vez una exteriorización del tiempo. Él descubriría que,
cada vez que él se retira a su mente interior y produce una exteriorización del
tiempo, el espacio se hace dimensionalmente más grande. Y por tanto concluiría
que tanto el tiempo como el espacio son seriales, y que el drama de la vida no
es más que escalar un bloque multitudinariamente dimensional de tiempo.
Los científicos algún día explicarán POR QUÉ hay un universo
serial. Pero en la práctica es más importante CÓMO usamos este universo serial
para cambiar el futuro. Para cambiar el futuro, sólo necesitamos ocuparnos de
dos mundos en la serie infinita; el mundo que conocemos en razón de nuestros
órganos corporales, y el mundo que percibimos independientemente de nuestros
órganos corporales.
He dicho que el hombre tiene, en cada momento del tiempo, la
elección ante él de cuál de varios futuros tendrá. Pero surge la pregunta:
“¿Cómo es esto posible cuando las experiencias del hombre, despierto en el
mundo tridimensional, están predeterminadas?”, como implica su observación de
un evento antes de que ocurra.
Esta capacidad para cambiar el futuro se verá si comparamos
las experiencias de la vida en la tierra con esta página impresa. El hombre
experimenta los eventos en la tierra separada y sucesivamente del mismo modo
que tú estás experimentando ahora las palabras de esta página.
Imagina que cada palabra en esta página representa una
impresión sensorial única. Para tener el contexto, para entender lo que quiero
decir, enfocas tu visión sobre la primera palabra en la esquina superior
izquierda y luego mueves tu enfoque a través de la página de izquierda a
derecha, dejándolo caer sobre las palabras separada y sucesivamente. En el
momento en que tus ojos llegan a la última palabra en esta página has extraído
lo que quiero decir.
Pero supongamos que al mirar la página, con todas las
palabras impresas ahí igualmente presentes, tú decides reorganizarlas. Podrías,
reorganizándolas, contar una historia totalmente diferente, de hecho podrías
contar muchas historias diferentes.
Un sueño no es más que el pensamiento cuatridimensional
incontrolado, o la reorganización tanto de las impresiones sensoriales pasadas
y futuras. El hombre rara vez sueña con los acontecimientos en el orden en el
que los experimenta cuando está despierto. Usualmente sueña con dos o más
eventos que están separados en el tiempo fusionados en una sola impresión
sensorial, o bien reorganiza tan completamente sus impresiones sensoriales
separadas durmiendo que no las reconoce cuando las encuentra en su estado de
vigilia.
Por ejemplo, soñé que yo entregaba un paquete en el
restaurante de mi edificio de apartamentos. La dueña me dijo: “No puedes dejar
eso ahí”, después de lo cual el ascensorista me dio unas cuantas cartas y como
yo le di las gracias por ellas él, a su vez, me dio las gracias. En este punto,
el ascensorista nocturno apareció y me hizo un gesto de saludo.
Al día siguiente, cuando salí de mi casa, tomé unas cuantas
cartas que habían colocado a mi puerta. En mi camino hacia abajo di al
ascensorista de día una propina y le di las gracias por ocuparse de mi correo,
después de lo cual me dio las gracias por la propina.
En mi vuelta a casa ese día escuché a un portero decir a un
repartidor, “No puedes dejar eso ahí”. Cuando estaba a punto de tomar el
ascensor para subir a mi apartamento, me sentí atraído por una cara conocida en
el restaurante, y cuando miré la dueña me saludó con una sonrisa. Esa noche
acompañé a mis invitados a cenar al ascensor y mientras les decía adiós, el
ascensorista nocturno me hizo un gesto de buenas noches.
Simplemente reorganizando algunas impresiones sensoriales separadas
que yo estaba destinado a encontrar, y fusionando dos o más de ellas en
impresiones sensoriales únicas, construí un sueño que difiere bastante poco de
mi experiencia despierto.
Cuando hayamos aprendido a controlar los movimientos de
nuestra atención en el mundo cuatridimensional, seremos capaces de crear
circunstancias conscientemente en el mundo tridimensional. Aprendemos este
control a través del sueño despierto, donde nuestra atención puede ser
mantenida sin esfuerzo, pues atención con el mínimo esfuerzo es indispensable
para cambiar el futuro. Podemos, en un sueño despierto controlado, construir
conscientemente un evento que deseamos experimentar en el mundo tridimensional.
Las impresiones sensoriales que utilizamos para construir
nuestro sueño despierto son realidades presentes desplazadas en el tiempo o el
mundo cuatridimensional. Todo lo que hacemos al construir el sueño despierto es
seleccionar del amplio despliegue de impresiones sensoriales aquellas que,
debidamente organizadas, implican que hemos realizado nuestro deseo.
Con el sueño claramente definido, nos relajamos en una silla
e inducimos un estado de conciencia próximo al sueño. Un estado que, aunque
bordeando el sueño, nos deja el control consciente de los movimientos de
nuestra atención. Entonces experimentamos en la imaginación lo que
experimentaríamos en la realidad si este sueño despierto fuera un hecho
objetivo.
Al aplicar esta técnica para cambiar el futuro, es
importante siempre recordar que lo único que ocupa la mente durante el sueño
despierto es EL SUEÑO DESPIERTO, la acción y sensación predeterminadas que
implican el cumplimiento de nuestro deseo. Cómo el sueño despierto se convierte
en un hecho físico no es nuestra preocupación. Nuestra aceptación del sueño
despierto como una realidad física dispone los medios para su cumplimiento.
Permitidme volver a sentar las bases de la oración, que no
es más que un sueño despierto controlado:
1. Define tu objetivo, sabe definidamente lo que quieres.
2. Construye un evento que tú creas que vas a encontrar
SIGUIENDO al cumplimiento de tu deseo – algo que tendrá la acción del Yo
predominante – un evento que implique el cumplimiento de tu deseo.
3. Inmoviliza el cuerpo físico e induce un estado de
conciencia próximo al sueño. Entonces, mentalmente siéntete justo en la acción
propuesta, hasta que la sensación de cumplimiento sola domine la mente;
imaginando todo el tiempo que estás en efecto realizando la acción AQUI Y
AHORA, experimentando en la imaginación lo que experimentarías en la carne si
hubieras realizado ya tu objetivo. La experiencia me ha convencido de que éste
es el modo más fácil de lograr nuestra meta.
Sin embargo, mis propios muchos fracasos me condenarían si
dijera que he dominado totalmente los movimientos de mi atención. Pero puedo,
con el antiguo maestro, decir:
“Pero una cosa hago, olvidando aquellas cosas que están detrás, y alcanzando lo que está delante, prosigo hacia la meta por el premio.” Fil. 3:13,14
Neville Goddard - 1948
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